El sol y la soledad del opositor


Una de las cosas que más hecho de menos es el sol. Con esta primavera que llega y no llega me he dado aún más cuenta. Salir a la calle y notar el sol sobre la piel, ver todo iluminado por sus débiles rayos por la mañana y como va cambiando a lo largo del día. Solo puedo apreciar lo que se ve desde la ventana de mi habitación. Cuando salgo a ultima hora de la tarde ya es noche cerrada, la mayoría de las tiendas están cerradas y apenas hay nadie en la calle. Ya pasas mucho tiempo solo estudiando en tu habitación como para luego no encontrarte más gente.

Muchos me preguntan si no es más difícil estudiar en verano. Desde mi punto de vista en verano el problema es el cansancio acumulado, pero me es más fácil estudiar porque soy una de esas personas que un poco de sol le hace ser más feliz, y a pesar de acabar de estudiar más o menos a la misma hora que en invierno, sientes que aun queda día y tienes tiempo para hacer cosas.

Uno de mis preparadores me dijo que saliera un poco todos los días y he de decir que salvo cuando me lesioné, se pueden contar con los dedos de las manos las veces que he faltado a este rito. Procuro que ni el frio ni la lluvia me alejen de mi momento. Bien dedicarlo a hacer un poco de deporte, ver a algún amigo o hacer algún recado, es un momento de pensar en otra cosa y salir de la habitación, que parece convertirse en un a especia de cárcel.

Frase del día:
Lo mejor y lo más bonito de esta vida no puede verse ni tocarse, debe sentirse con el corazón. Helen Keller hoy  

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